Como todos los años cuando llegamos a estas alturas de curso, surge el periodo de matriculación.
La asignatura de religión, dentro del marco curricular, es la asignatura que ha de superar cada año los niveles de aceptación y de elección. La decisión para cada curso escolar recae sobre las familias, o sobre los adolescentes en el caso de secundaria y bachillerato.
En este contexto, podemos encontrar, dentro del semanario diocesano de Córdoba, una carta del obispo de Córdoba, el ánimo y los reconocimientos a las familias, a los alumnos, a los profesores de religión, son un llamada a no dejar en saco roto la decisión de optar por la clase de religión.