Es una constante en el cristianismo, el deseo de encontrar y de unirse a la divinidad a través del arte. Es un arte que, siendo funcional, busca acercarnos a una experiencia trascendente.
Aunque lo ideal es poder visitar los lugares que proponemos, en su defecto podemos hacer una visita virtual por:
La Catedral de Notre Dame: Aquí la podemos ver sin haber sufrido los efectos devastadores del fuego. Este edificio empezó en el gótico de principios del siglo XIII, pero ha atravesado siglos y llegado hasta nuestros días sorteando restauraciones.
La Catedral de Sevilla o la grandiosidad de los espacios. Concebida para destacar en la línea del horizonte y edificada sobre la mezquita mayor de la antigua ciudad omeya, representa la utilización cristiana de un espacio que nació siendo islámico.
La Catedral de Burgos: expresión del gótico burgalés que renovó el paisaje castellano aprendiendo de Italia.
La Mezquita- Catedral de Córdoba. Nuestra joya del arte hispoanomusulmán y lujo para los sentidos, siempre asombrosa por su originalidad y sus síntesis artísticas.Sobre lo que fuera una basílica visigoda, el califato de Córdoba levantó una mezquita. Sobre esa mezquita, de nuevo en el Renacimiento el catolicismo construyó su lugar sagrado.
La Catedral de Santiago o la meta de un largo caminar. Es fácil reconocer la huella del románico y del célebre Maestro Mateo, con su Pórtico de la Gloria.
La Sagrada Familia: Templo expiatorio de carácter “ultragótico”, donde la belleza y la imaginación se unen a la mística.